domingo, 7 de septiembre de 2008

Los Stones, Scorsese y Tú



Todos tenemos esos momentos secos en lo que ya no se nos ocurren más ideas. Sí tu mundo gira en torno al arte, eso es bastante malo, y si no, pues también. Y luego aparecen los Rolling Stones. Si de por sí no fueran lo suficientemente energizantes, la inspiración sale de sus poros mezclada con el sudor que de alguna forma se transmite a través de la música. No hay caso, el huracán que son los Rolling Stones simplemente pasa por ti, te vuela el techo y te deja colgado de un árbol, sin zapatos y preguntándote que pasó el día anterior. Y en Shine A Light, el sentimiento pasa a la pantalla grande a través de la dirección del genial Martin Scorsese, pues si alguien iba a poder hacerlo, era él.

El documental comienza con un poco del proceso de preparación para empezar a filmar y nos hace reír con el carisma natural del pequeño Martin y la actitud de "I don't give a fuck, pero en el fondo me emociona" del grupo. Vamos viendo un poco de la actitud de los Stones y enseguida te das cuenta: estas frente a realeza. Luego empiezan a tocar, y la energía simplemente fluye.

Mick Jagger. No sé que tanto se haya escrito sobre él, pero es bastante y cualquier cosa que diga, probablemente ya se haya dicho antes.
Creo que es la única persona que puede moverse como una colegiala rosada ebria con complejo de ave encima del escenario e igual inspirar respeto y admiración. El hombre es el rock 'n' roll encarnado en un escuálido hombre, que con mas de 60 años sigue rockeando sobre el escenario, y es mucho mas geniald e lo que cualquiera de nosotros aspira a ser. Citando a un amigo: "Cuando eres Mick Jagger, puedes hacer lo que te de la gana.", y Jagger demuestra que el slogan de Cartoon Network se aplica también a él cuando canta con Christina Aguilera, a quien no parece molestarle que el sextagenario invada su espacio personal como Alemania a Polonia. A pesar de que todos los coristas, Buddy Guy y la ya mencionada Christina puedan llegar a notas a las que Mick ya no alcanza desde hace unos años, el lider de los Stones nos muestra porque es el rey y porque no nos importa que se haya acostado con Monique Pardo (dicen), él es el rey.
Luego Keith Richards y Ronnie Wood. Por cuestiones de espacio escribo sobre los dos en un solo párrafo, cada uno de ellos merece una colección de encilopedias para detallar su vida, o al menos la parte de ellas que está registrada.
Keith es simplemente Keith. Existe y hace música y nada lo detiene, ni siquiera un derrame, un coco, o la necesidad de cambiar toda su sangre. Más drogas han pasado por su cuerpo que combis por la Javier Prado en hora punta y en plenas reparaciones para la APEC. Y sin embargo, está mas vivo que todos los pasajeros de dichas combis juntos. Cuentan los rumores que le tuvieron que hacer una transfusión total de sangre para limpiar su organismo. Sabemos que le cayó un coco en la cabeza cuando trepaba (a los 60 años) una palmera en la playa. Si alguna vez quieren hacer que alguien deje de fumar, solo muéstrenle una foto del rostro de este guitarrista. Cuando camina con su saco largo y su pin de Piratas del Caribe (el cual recibió como regalo por su aparición en la película, además de haber servido de inspiración -junto a Pepe LePew- para el personaje de Jack Sparrow) para cantar You've got the Silver, no sabemos si estamos frente a un músico a una especie de mago ancestral listo para hechizarnos.
Luego aparece Ronnie Wood. No es uno de los fundadores, pero bien podría serlo. Ha entrado y salido del grupo una o dos veces, y si mal no recuerdo, creo que acaba de salir de rehabilitación, pero Ronnie Wood es un guitarrista que merece todo, y más. Según él, el es el mejor guitarrista de los dos, según Keith, ambos son bastante malos, pero juntos son mejores que el resto del mundo, y no tengo problemas con aceptar eso. Al igual que Keith y Mick, Ronnie también parece un esqueleto con algo de carne, antes que una exitosa estrella de rock. Cuando se juntan en la escena Buddy Guy con Keith Richards y Ronnie Wood Champagne and a reefer, los movimientos me recuerdan más a una escena de Animal Planet en la que los leones giran en torno a su presa, que a un concierto, y eso es simplemente genial.
Finalmente aparece Charlie Watts, quien a diferencia del resto del grupo, no parece haber salido de la morgue para ir a tocar. Charlie está vivo, y destruye la batería, pero no se mueve como los demás. Charlie simplemente toca y hace que los demás se muevan bien.
El grupo se apoya además en músicos (bajista, saxofonista, corista, tecladista, etc.), y se mueve sobre el escenario como un ente viviente. Los Rolling Stones tiene vida propia y la transmiten al mundo, inspiran para todo, y hasta Bill, Hillary y el resto de los Clinton lo reconoce. Eso además de una pequeña aparición de Jack White hacen de Shine a Light un documental una experiencia imperdible. Por el momento sigue en el cine. Luego el DVD y el cable. Nunca ninguno será tan perfecto como verlos en vivo (y si siguen con las giras de despedida quizás en alguna vez tendré la oportunidad).
Después de 40 años los Stones aun no consiguen Satisfaction y quizás por eso lo hacen tan bien, aun tienen mucho que demostrar. Martin Scorsese lo plasma como sólo el puede: los Rolling Stones son realeza.

"Well we've been doing this music thing for two years now and we never thought we would last this long, but I can see us doing it for maybe another year."

No hay comentarios: