miércoles, 9 de mayo de 2007

Yo no voy a discrimin-arte


Creo que me di cuenta esta tarde de ese pequeño detalle, no, creo que me di cuenta hace bastante tiempo. Creo que de alguna forma siempre lo supe: soy amante del arte. El problema es que, cual hippie elevado fusionado con Cariñosito, amo indiscriminadamente. Honestamente no lo veo como un problema, porque, con ciertas excepciones, me ha permitido encontrar lo bello y agradable en varios géneros, desde el cine hasta la música, el dibujo, al arte conceptual. Y por un tiempo, estuvo bien. Pero luego el mundo empezó a cambiar. La segregación empezó y la gente comenzó a discriminar entre los diferentes tipos de arte. Como era de esperarse primero fue la música, los Backstreet Boys pasaron a ser cosa de niñas y Nirvana cosa de niños. Niñas y niños, la primera separación y quizás la mas notoria. Luego cada grupo empezó a partirse en varios ramas y aparecieron las tendencias, modas, etc. Britney por un lado, Dream Theater por el otro, y el tío Bob en el medio. Pero la música no fue la única doncella afectada por el cambio, la televisión y lo que veíamos en ella empezó a definir quien eramos: dime lo que ves, y te diré quien eres. Aquellos veían Mtv, estos veían deportes, esos veían Cartoon Network, y ese prefería leer. Harry Potter o no Harry Potter. Los juegos de video, las películas, los libros, los discos, la misma definición de ARTE empezó a ser revisada, y esto se notó entre otros lugares en clase de arte, donde algunos experimentaban y otros se regían por el orden. Sin embargo, no sería hasta mas tarde donde la gran marcación empezaría a notarse, y es algo que repercute aun siendo adultos: el Look. Algo que empieza siendo definido por las afanosas madres, que peinan a sus hijitos con raya al costado y trenzan el cabellos de sus hijitas. Pantalones hasta la boca del estómago y polo dentro de este. Pero poco a poco empieza la liberación y el gel invade las confundidas cabezas, las pinturas de guerra decoran rostros antes tímidos e inocentes. Los accesorios, la ropa, el peinado y todo lo demás definen finalmente en donde "encaja" cada uno, y como en toda sociedad tribal, la discriminación hace sus primeras apariciones. El estilo de uno o de otro intenta sobreponerse a los demás. Pero claro está, como en toda buena sopa cósmica, luego de la gran batida entre dioses y demonios, la serpiente escupe fuego y las maravillas salen volando. Solo pocas sobreviven a la edad y quedan marcados pocos grupos. Algunos crecerán para ser críticos de cine que le pondrán 2 estrellas al Hombre Araña 3 por no haber sido dirigida por algún director noruego conocido solo entre expertos. Otros juzagarán los discos de reggaeton bajo los preceptos del metal y dirán que carece de sustancia. Otros dirán que los animes son un animaciones pseudopornográficas. Otros caerán sobre los juegos de video diciendo que son entretenimiento infantil. Otros...otros...otros...OTROS siendo la palabra clave, porque desde OTRO punto de vista las cosas son diferentes. Estos autodenominados expertos olvidan en mi opinión un gran detalle, las películas deben ser juzgadas teniendo en cuenta todos los factores, no podemos criticar una película basada en un superhéroe de novelas gráficas (sí, lo dije, novelas gráficas) y una película de Stanley Kubrik en la misma categoría. ¡No tiene sentido! Así como al momento de premiar existen varias categorías, al criticar también debería haberlas. Es por eso que los premios de Mtv reciben una ovación de mi parte. ¿Y qué tiene de malo si una de mis películas preferidas es Locademia de Pilotos 2? Cumple su función, hacer reir, de la mejor forma posible. ¿Qué tienen de malo las comedias tontas? No podemos estar viendo siempre filmes conceptuales de Ingmar Bergman. ¿Y la música? No podemos tonear con Radiohead, y no podemos poguear con Shakira. ¿Qué hay del dadaismo?, dirán. ¡Pues dios lo bendiga! Porque sin él, nunca habríamos podido apreciar a Basquiat, Duchamp, Pollock, Warhol, o al mismísimo Pablo Picasso. Y ni hablar de Dalí. Entiendan por favor, que sin la diferencia no habría gustos. Sin gustos no habría estilos, y sin estilos nadie sería quien es. En la época de la globalización esto se nota mas que nunca. Experimenten, prueben, busquen, exploren. No rechazen algo solo porque a primera vista parece muy lejano a ustedes, en todo caso, eso debería darles mas motivos para querer conocerlo. El miedo es la fuente de la adrenalina, y no hay nada mas grandioso que sentirla fluir por nuestras venas. No se cierren, ábranse al mundo (con protección claro está) y descubran que en el fondo, todos tenemos placeres culposos, que nunca se deja de ser niño, que no tiene nada de malo leer comics, ver caricaturas, escuchar reggaeton, leer a Coehlo (aj), admirar a Bergman, reírse con los hermanos Wayans, jugar Zelda, jugar ajedrez, jugar fútbol, pero solo tengan cuidado de una cosa, nunca, pero nunca, invadir los limites de alguien más. Sean los Cristóbales de sus propias Américas, los Armstrongs de sus propias Lunas, los Flemmings de sus propias penicilinas (tenía que poner al menos un buen personaje).
Carguen sus colores, apunten, fuego. giordano

discriminar! eso no está nada bien, ante los ojos de dios todos somos iguales

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