domingo, 13 de mayo de 2007

Intercambio cultural


No tengo los datos exactos, pero sé que es cierto y todos lo pueden verificar en la red. Pero según varias fuentes (me tome el trabajo de marcar una haciendo click aquí) la depresión es uno de los problemas más grandes en Europa. En países como Noruega o Suecia, que tienen una calidad de vida tan alta y sencilla, abundan casos de alcoholismo y suicidio. Y no porque el vodka sea mas rico, o haya muchos adolecentes con el corazón partido, sino porque la gente que vive allí cae en la monotonía rápidamente por no saber que hacer con su vida. No porque no tengan opciones, sino porque mayormente no se les presentan retos ni obstáculos que no puedan resolver rápidamente. Una vida sin mayores dificultades (no digo que no las haya en absoluto, pero a diferencia de latinoamérica, son pocas). Creo que esa es la razón por la cual la cultura subterránea europea es tan extravagante y potente, representa una alternativa, siguiendo el cliché, un escape a toda esa rutina que los tiene atrapados en un carrusel cronal. Por otro lado, aquí en latinoamérica la situación es al revés. Según una encuesta que vi hace poco, los niños latinoamericanos son los mas felices del mundo. Algunos pensarán "¿Qué? ¿Cómo? Con el alto nivel de pobreza y la baja calidad de vida, ¿son felices?", y no estarán del todo equivocados al pensar así. Pero sí, es cierto, la enorme cantidad de retos y obstáculos a los que se enfrentan en la vida, los hace felices, les da un camino, un sentido, ganas de superarse, porque sin eso no pueden sobrevivir. Quizás es por eso que la fe ciega también existe en tanta cantidad acá.
Y así, a través de la observación he visto que a los europeos les fascina venir a sudamérica, y no solo eso, sino también quedarse acá. Las filas de voluntarios del "primer mundo" son numerosas, y están aquí para combatir el mal, digo, los males que azotan nuestra región. Les da un sentido a su vida.
Entonces poco a poco va formándose la idea en mis neuronas. Sinapsis tras sinapsis y la brillantez tiene éxito finalmente. He aquí mi propuesta: Intercambio Internacional. O simplemente II. ¿En que consiste? En darle la vuelta al mundo. Todos los así llamados "tercermundistas" deberíamos mudarnos al "primer mundo". Por ejemplo los peruanos a Inglaterra y los ingleses a Perú. Entonces, durante 100 años, los ingleses se encargan de poner nuestro país sobre rieles. Poner orden, limpiar, arreglar, preservar, todo eso que aun nos presenta problemas y no nos deja dormir tranquilos. Mientras tanto, todos los peruanos se encargan de hacer lo que mejor hacen, ponerle sabor a Inglaterra. Darle vida y color. Y en el camino desordenar un poco todo. Hacer de ese país el caos que conocemos y amamos acá en casa. Mientras ellos reorganizan nuestras ciudades y nuestra burocracia, nosotros podemos armar fiestas patronales en Trafalgar Square. Mientras ellos reparan nuestras ruinas, nosotros podemos instaurar un sistema de transporte público mas barato y definitivamente mas adrenalinico en sus calles. Intercambio cultural, o simplemente II.
¿Y a la larga de que serviría? Pues ellos recuperan una razón para vivir, saber que pueden dedicarse a reparar y arreglar, ayudando a los que mas lo necesitan, al costo de que eventualmente no tendrán mas que reparar. Mientras que por otro lado nosotros podemos hacer lo que mejor sabemos, ponerle sabor a la vida, al costo de eventualmente volver al desorden como niños que acaban de jugar. ¿Y luego qué? Bueno, pues volvemos a empezar, cambiando otra vez.
Ahora, sé que a varios esta idea puede resultarles ridícula, pero a mi mamá le gustó, y considerando que acaba de pasar el día de la madre, supuse que sería interesante colgarla.
Prepárense para el alquimístico intercambio equivalente, plomo por oro, oro por plomo. giordano


A EEUU no los invitamos a jugar

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